lunes, 14 de diciembre de 2009

El papel del anciano a traves del tiempo

Origen: Prehistoria
En el periodo primitivo los ancianos fueron considerados motivo de orgullo para el clan, por cuanto eran los depositarios del saber, la memoria que los contactaba con los antepasados. En esas sociedades no es infrecuente que aquellos que ejercían labores importantes les denominaren "ancianos", ajenos a su edad. Aunque tampoco es raro que tuvieran un mismo vocablo para joven y bello, para viejo y feo. En otras palabras la vejez representaba la sabiduría, el archivo histórico de la comunidad. Alcanzar las edades avanzadas significaba un privilegio, una hazaña que no podía lograrse sin la ayuda de los dioses, por tanto, la longevidad equivalía a una recompensa divina dispensada a los justos.
Empezando con las culturas primitivas, la longevidad del anciano, es un motivo e orgullo para la gente, debido a que ellos eran los que contaban con todo el conocimiento, estos ejercían labores de sanación, de jueces y de educadores, en pocas palabras esto significaba sabiduría. Por lo que podemos decir que en las sociedades antiguas, alcanzar esta edad era un privilegio
La concepción del anciano en el Antiguo Egipto
Cada vez que nos referimos a los ancianos es bueno citar el texto más antiguo conocido de un viejo autoanalizándose. Se trata de un escriba egipcio, Ptah-Hotep, visir del faraón Tzezi de la dinastía V, por tanto redactado hacia el año 2450 antes de J.C. Dice: "¡Qué penoso es el fin de un viejo! Se va debilitando cada día; su vista disminuye, sus oídos se vuelven sordos; su fuerza declina, su corazón ya no descansa; su boca se vuelve silenciosa y no habla. Sus facultades intelectuales disminuyen y le resulta imposible acordarse hoy de lo que sucedió ayer. Todos los huesos están doloridos. Las ocupaciones a las que se abandonaban no hace mucho con placer, sólo las realiza con dificultad, y el sentido del gusto desaparece. La vejez es la peor de las desgracias que puede afligir a un hombre.
En la cultura hebrea, al igual que en algunas tribus primitivas, los ancianos ocuparon un lugar muy privilegiado ya que en su periodo, cumplieron una función importante en la conducción del pueblo, aquí se decía que tenían una misión sagrada y portadores de un espíritu divino
En cada ciudad el Consejo de Ancianos es todopoderoso y sus poderes religiosos y judiciales incontrarrestables y es hasta después del años 935 A.C. cuando comienza la discrepancia con el Consejo de Ancianos y a la muerte de Salomón, tras cuarenta años de reinado, lo sucedió su hijo Roboam quien deshizo el consejo.

El mundo romano: auge y decadencia
Otra fuente importantísima de nuestra civilización occidental proviene de la cultura romana. Resulta pretencioso resumir, en breves líneas, ese mundo heterogéneo, de larga duración histórica y tratar de comprender el puesto que fue ocupando en ese ámbito por los ancianos. No pretendemos sino entregar un bosquejo que nos permita obtener una cierta idea.
El imperio romano en su esplendor significó un acontecimiento primigenio en la historia. Su extensa diversidad, no ha tenido comparación hasta los Estados Unidos actuales. Lo define su cosmopolitismo. La época de oro para los ancianos fue la República. A partir del siglo I antes de nuestra era, se produce un período inestable y los valores tradicionales cambian. Muchos viejos, a título personal, obtuvieron cargos importantes, pero no ocurría como durante la República, donde se confiaba en los hombres mayores para dirigir los destinos políticos.
Al perder el poder familiar y político y luego de haber concentrado la riqueza, la autoridad y la impopularidad, los ancianos cayeron en el desprecio y sufrieron los rigores de la vejez. Sin embargo, los romanos habían construido un mundo desprejuiciado y tolerante, donde se luchaba por el poder, pero no se segregaba por raza, religión o ideología. Se admiraba lo admirable y mantuvieron la dignidad de los ancianos; criticaron a los individuos, no así a un período de la vida.
También se adopta la imagen del anciano como símbolo de pecado. En general, los primeros autores cristianos fueron duros con los viejos. La gran excepción fue San Gregorio Magno. Las reglas monásticas tampoco les concedieron privilegios, pues concebían la idea que la vejez verdadera era la sabiduría. A partir del siglo III los hospitales cristianos empezaron a ocuparse de ellos.



Edad Media, tiempo de contrastes
Para los pobres, en todos los tiempos, sufren sin distingo de edades. Para los ricos nace en el siglo VI otra alternativa. Entre los ancianos acomodados surge la preocupación de un retiro tranquilo y seguro. Así, también se evita el bochorno de la decadencia. Este Retiro voluntario de preparación para la vida eterna podemos ahora visualizarlo como un proto-asilo de ancianos. En los primeros tiempos, sólo fue para unos pocos privilegiados, pero en el siglo VII y, sobre todo, en la época carolingia, esta costumbre llega a ser reglamentada en los monasterios que con este sistema obtienen un buen beneficio económico.
Los siglos XI al XIII tuvieron un florecimiento económico y estabilidad social. Nunca Europa estuvo más unida. A partir del siglo XIII, debido al desarrollo material, se fortalecieron los Estados y se multiplicaron las guerras. Los ancianos tuvieron una nueva oportunidad en el mundo de los negocios. Su actividad dependía sólo de su capacidad física, no fueron, en general, segregados por su condición etaria. En resumen, la peste favoreció a los viejos que ganaron posición social, política y económica.

Renacimiento
Durante el Renacimiento los humanistas ocuparon un lugar de respeto. Se renovaba el horizonte cultural. El arquetipo humano del Renacimiento lo personificaron los cortesanos y los humanistas. Ambos rechazaron a los viejos, pues representaban todo aquello que quisieron suprimir.
Antes de las revoluciones liberales el poder se asentaba en los reyes y sus familiares, como también, en el círculo próximo de la nobleza. El Estado se identificaba con personas concretas. En cambio, el Estado moderno es impersonal, reglamentado y el poder se hace representativo, delegación del pueblo. Se entiende que, en este sistema, surja la progresiva despersonalización y el creciente predominio de los funcionarios de la nueva organización.


Revolución Industrial

Se tiene registro de que a partir de 1976 a lo que le llamo fase industrial de la economía es que surge una ruptura en la unidad familiar, se llega entonces a un nuevo núcleo familiar formado por padre-madre-hijos con la tendencia decreciente al apoyo entre generaciones. Es entonces que surgen nuevas instituciones para cuidado de los ancianos y de la salud de estos. Se concibe la vejez como una etapa de retiro y como un grupo dependiente y marginado que no produce pero si consume lo cual representa un problema para una sociedad industrial.

Europa Siglo XX


En la mitad del siglo XX se establecen instituciones para los ancianos pobres. Sólo después de la II Guerra Mundial, la institución se especializa al «medicalizarse». En ese momento se hará accesible a las personas de edad de las clases medias o superiores; en España es donde se establecen mas residencias para ancianos. A partir de los datos censales se comprueba que la edad media de los ancianos en residencia ronda entre los 81 años.

Latinoamérica

En Latinoamerica la liga israelita argentina contra la tuberculosis nació en 1916. Sostiene consultorios externos en la capital y durante muchos años tuvo un dispensario en uquillo, córdoba.
El hogar israelita argentino para ancianos y huérfanos fue fundado en 1916. Incluía dos asilos separados para niños y adultos, donde se albergaron centenares de personas. Los primeros habitantes del lugar fueron niños judíos huérfanos que estaban internados en los asilos porteños, dirigidos por religiosos católicos. El primer anciano fue retirado de un refugio católico y el 2do fue uno e los propios fundadores, el veterano del periodismo judío en la argentina Abraham Vermont, que llevo siempre una vida solitaria y bohemia.
El asilo de ancianos acogió luego a los inválidos de la colonización y a artesanos de mucha edad, además de padres y madres que ya no podían convivir con sus hijos. Así mismo el asilo de niños recibió a un centenar de huérfanos de los programas de Ucrania, que fueron traídos al país. En 1942 el filántropo argentino José Iturrat, como expresión de solidaridad con el pueblo judío víctima del nazismo, dono a la institución un basto terreno en Burzaco, donde se construyeron los primeros pabellones que son usados hasta el día de hoy por los ancianos.
Por su parte, la sociedad de damas israelitas fundó en 1919 un asilo para niñas, cuyo edificio propio estaba en el barrio de Palermo. Y el hogar infantil israelita nació en 1928 gracias a las gestiones de un grupo de señoras judías, para albergar los niños menores cuyas madres trabajaban todo el día.

México prehispánico y colonial

En los años de las antiguas civilizaciones prehispánicas existieron concejos de ancianos formando tribunales, los cuales representaban equidad, bondad y justicia. Sus decisiones eran respetadas por los hombres más hábiles. Pero, desafiando a los viejos, el joven se empieza a adentrar en lo desconocido. Concluye que el arrojo y la temeridad suplen con ventaja a la prudencia y experiencia. En costumbres de pueblos prehispánicos el anciano dominaba el aspecto familiar y político. Si había sido funcionario o parte del ejército recibía alojamiento, incluso era tomado en cuenta si era campesino. Hay indicios de actividades de beneficencia en Tenochtitlán, dirigidas por religiosos. En el siglo XVI, Bernardino Álvarez fundó el Hospital de Convalecientes y Desamparados. Hacia el año de 1763, Fernando Ortiz Cortez percibiendo el problema que representaba en la Nueva España el gran número de menesterosos existentes en la capital del virreinato, pensó en proporcionar un albergue a todos aquellos niños, adultos y ancianos indigentes de la calle. Construyó el Asilo de Menesterosos. Albergaba hasta 250.

México Siglo XIX
Se fundó la Beneficencia Española con la llegada a América de nuevas hermanas en 1901. La asistencia social quedó paralizada en el siglo XIX con la guerra de independencia y la reforma. La atención pasa a quedar a cargo del estado. Nace la Asistencia Pública y se prolonga durante el porfiriato. En la constitución pública de 1911, creándose el IMSS, se asegura la jubilación para la vejez. La asistencia del ancianos e separa de la del menesteroso en 1934, por un edificio construido a cargo del filántropo Vicente García Torres, inaugurado en 1938. José Villagrán García proyectó la construcción de otro asilo en una ex hacienda en San Ángel. Podemos llamarla como una de las primeras casas hogares de su tipo. Cuando creció la ciudad, hubo necesidad de construir un hospital para ancianos con enfermedades crónicas en Tepexpan. Hasta 1942 se estudia la geriatría en Estados Unidos


México Siglo XX

En un principio los gobiernos revolucionarios fomentan estas instituciones. Es en los años treinta y cuarenta (siglo XX), cuando pasa a ser asistencia social, surgen los centros de asistencia infantil, educación profesional, rehabilitación y terapia social, hospitales, dispensarios, internados, comedores, etc.

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